Dos Palillos (Barcelona)

Curioso restaurante este, curioso el nombre ya que a pesar de ser un restaurante japonés, los palillos a los que se refiere el nombre son los clasicos palillos planos que había en las tascas antes de la llegada de esos palillos con muesca, redonditos y fashion que tienen ahora quienes gustan de escarbarse los dientes despues de comer. Curiosa la localización, en la C/Elisabets, continuación de la C/Tallers en la entrada del Raval barcelonés y al lado del Hotel Camper (si, si , los zapatos...), muy cerca del Museo de Arte Moderno. Curiosa la decoración, recordando a las tascas típicas del barrio antes de que llegaran los locales de diseño y los lavabos donde no sabes si sentarte, acostarte, mear o pedir una cerveza. Y curiosa la cocina, que probamos en la barra, al estilo antiguo, la ostra en sake caliente, sorprendente; el sashimi de gambas al vapor de te, muy sorprendente; la ensalada de algas con cañaillas, mejillones y berberechos, bueniiiisima, el wok de calamar con verduritas y cilantro, magnifico, especialmente por el toque del cilantro.
No tan curioso el plumazo que nos sacudieron al pedir el vino por copas, la oferta era escasa y no muy sugerente, en blancos había un Sauvignon Blanc chileno bastante mejorable y un Chardonnay navarro con tendencia a dejarte un bonito dolor de cabeza, en ambos casos no más de 5 € la botella en origen, si están pagando más tengo una torre toda de hierro en París que se la puedo dejar a muy buen precio.
Conclusión: Divertido, sorprendente, para ir pocas veces y nunca, nunca pedir el vino por copas